XXV.
Diario de María Santisteban. Su departamento, sobre la mesa de la
cocina.
En
el cuarto está durmiendo Ale. No soporté más dormir a su lado,
sentir su respiración acompasada sobre las sábanas. La noche dio
tantas vueltas que ya siento que me caí de la calesita. El problema
es que no sé donde aterrice. Bueno, por el momento en la cocina, en
mi diario. No sé que va a pasar a partir de hoy, sinceramente no lo
sé, sin embargo sé que nada va a ser igual. Cada vez que Ale
apareció en mi vida mis tuercas se desajustaron y tuve que
rearmarme, reafirmarme, reamarme. Eso siempre es lo bueno de que
aparezca Ale, la sensación de sentirme amada. No sé como lo hace,
pero me dice lo que siente, lo que REALMENTE siente. Me parece algo
inconcebible, a mí que jamás se me cruzó que algo que se siente se
pudiese decir. Siempre creí que las palabras van por otro lado que
el corazón, que toman otro camino, que en algún momento de la
historia sus caminos se bifurcaron para jamás reunirse. Pero Ale
insiste en que no es así, en que a él expresar lo que siente lo
alivia, lo llena de emoción, lo vive a flor de piel, siente que lo
expulsa al vacío, que no es quién para retener para así algo tan
tierno (esas son sus palabras), que me corresponde, que eso me
pertenece. A mi se me revuelve todo, no sé que decir, me quedo
quieta como perdida sin poder responderle. Y yo sé que el espera una
respuesta, lo sé, pero no puedo decirle nada. Lo quiero, sé que lo
quiero, pero si no me obliga (porque él también lo sabe) no se lo
puedo decir. Hoy me dijo: "vos me querés, conmigo la pasás
bien, te hago reir..." y yo no hacía más que asentir. Y al
segundo me dijo: "¿Por qué, entonces, no querés estar
conmigo?" Y asentí. Tiene razón. No sé si quiero o no quiero
pero lo que sé es que no estoy con él aunque no sé por qué. No sé
nada. Quisiera estar con él pero no puedo. ¿Por qué? No lo sé.
Simplemente no puedo. Hoy me preguntó si realmente no quería verlo
más. Le dije que sí, pero es no. Quiero verlo, pero no puedo. El no
me gobierna, no sé por qué. O sí. Quizás sea porque no sé nada.
El sí sabe, y eso es lo que me destruye, él sabe que me quiere, y
sabe que quiere estar conmigo y sabe que esta haciendo lo que le dice
su corazón y sabe que está siendo fiel a sí mismo y sabe que
quiere intentar algo, aunque más no sea un intento vano, un intento
fútil, sabe que quiere que yo quiera estar con el pero no sabe que
yo quiero estar con él y que simplemente no puedo y sabe que yo lo
quiero y sabe que la paso bien con él y sabe que me hace reir y sabe
por sobre todas las cosas que todo lo que hace lo hace
apasionadamente y sabe que eso lo reconforta cuando yo le digo que no
lo quiero ver más. Él sabe todo eso y yo no sé nada ¿Como podría
estar con él aunque quisiera?
No hay comentarios:
Publicar un comentario