Hace exactamente doce minutos que se fue de casa y once desde que abrí mi libreta. Hace casi cinco minutos que escribí la primer H. Hace dos horas que estoy confundida. Hace dos horas y un segundo tenía otra vida. Hace dos horas sonó el timbre. Hace una hora y cincuenta y nueve minutos que no sé que decir. Hace una hora y cincuenta y nueve minutos y treinta segundos que pronuncié la última frase con sentido que recuerdo: "Hoo...la...Ale..¿qué hacés acá?"
Un laberinto es una figura. Es tanto un juego como un castigo. Un desafío como un sinsentido. En un laberinto algunos se pierden, otros se encuentran y otros simplemente deambulan. Para todos ellos no hay entradas ni salidas, sólo caminos. No saben por qué están allí, tampoco saben si saldrán, no saben si encontrarán lo que no saben que buscan y mucho menos saben que no saben que buscan algo que no saben lo que es. Lisa y llanamente: se están buscando a sí mismos o a otros o a nadie.
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